diciembre 16, 2010

Yosocañú, comunidad mixteca

Día 9
Gran día para Pallazos Rodantez; en un segundo intento lograron presentarse en San José Yosocañú, perteneciente al municipio de Constancia del Rosario, con una excelente aceptación de estudiantes de diferentes niveles (el primer intento ocurrió una semana antes).
A su arribo, y ante la ausencia de la autoridad, fueron recibidos por los representantes, quienes con cierta desconfianza aceptaron la propuesta de un show a cargo de este grupo de “clowns”
Fueron guiados en primer lugar a la preparatoria local; un amplio espacio con un único grupo formado por los estudiantes de una comunidad mixteca inserta en una región triqui como parte, según se informó a los payasos, de un acuerdo con los dirigentes para su asentamiento.
El espectáculo dio inicio ante la mirada atónita del público que no sabía como reaccionar; la entrada de diferentes transportes representados por cajas de cartón, malabares con aros y la irrupción de dos monociclos, dieron pie a una buena interacción con los espectadores.
La presentación continuó con grandes carcajadas apoyadas por los profesores; una hora más tarde, con las palabras de agradecimiento de los académicos, y una dinámica para desestresar a los alumnos quienes comenzarían su periodo de exámenes, concluyó la función para continuar el camino al siguiente recinto.
Ante lo premeditado de su llegada, la aceptación de los directores tanto de primaria como secundaria fue tardada y a cargo de la Unidad Deportiva del Movimiento de Unificación y Lucha Triqui; sin embargo, lograron juntar a ambas escuelas con un resultado de aproximadamente 200 niños y jóvenes dispuestos a divertirse.
El sol quemaba los rostros de los payasos, pero las ganas de complacer al público cautivo eran mayores, así que dio inicio el show que tuvo una duración de poco más de una hora en la que la beisbolista recién llegada, interpretada por Chío, y la malicia por matar una mosca de Alhelí, arrancaron las risas de los estudiantes.
Un show mágico, con un jardín repleto de estudiantes, fue el final deseado para un día lleno de emociones; más tarde, una paleta de hielo refrescó a los actores antes de comenzar el camino al albergue.
A pesar de que sus corazones ya iban cargados de mucha alegría, lo que les brindó una sobredosis de fuerzas fue la grata sorpresa que se llevaron durante su trayecto de vuelta, cuando unos niños de una comunidad que días atrás habían visitado, comenzaron a cantar el "alele quitatonga"; de cerro a carretera se intercambiaban los gritos: los Pallazos se sorprendieron de la huella que habían dejado en aquellos pequeños que sólo una vez escucharon la melodía; la inspiración se elevó una vez más.
Al llegar a Río Venado estaban más que felices; comieron, tomaron un baño y se reunieron en la habitación de las chicas para platicar sobre las funciones del día y otros temas; la tertulia comenzó: al fondo música que acompañaba algunos juegos que les permitieron conocerse un poco más, dejaron atrás por unas horas la labor, para preocuparse por los seres humanos.
Entre bromas, confesiones y carrilla, la amistad se veía crecer de la misma manera que el cansancio; después de un rato, los chicos abandonaron el cuarto y permitieron que las mujeres descansaran para ellos hacer lo mismo.

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